EL
CLIMA
El
cultivo de la vid es propicio en climas templados o subtropicales, se
desarrolla en latitudes entre los 50º al Norte y Sur desde la cuenca
del Mosela a Nueva Zelanda.
Al
igual que el suelo el clima influye decisivamente en el sabor del
vino por su incidencia sobre el cultivo. Existen una serie de
influencias geográficas como la latitud, la longitud, la altitud, la
proximidad de ríos o masas de aguas, bosques, etc., que van a marcar
el carácter del vino.
Pero
los factores fundamentales van a ser las horas de insolación y el
índice de lluvias. Lo ideal sería que la climatología acompañara
al ciclo de la vid con temperaturas y lluvias (de 350 mm a 600 mm)
normales para la zona, ausencias de heladas en primavera, y de
lluvias tormentosas después de verano (cambio de color en las uvas,
se produce a mitad del verano a comienzos de la maduración).
Básicamente
podemos establecer que el sol concentra a los azúcares, aumenta los
taninos y disminuye los ácidos y la cantidad de zumos, por el
contrario el exceso de lluvia provoca gran cantidad de zumo insípido.
Las
zonas más septentrionales están muy limitadas para la producción
de tintos, siendo más propicias para la producción de blancos.
El
microclima es un concepto decisivo, que rompe la norma y personaliza
dentro de un clima general para una zona una serie de elementos
climáticos como temperatura, viento, insolación, precipitaciones,
etc. Estos elementos climáticos van a estar en función de la
orientación, la altitud, etc., o incluso del tipo de conducción del
cultivo.
La
climatología no deja de ser un factor en el que el hombre poco puede
incidir. Esto propicia uno de los principales valores de muchos vinos
frente a otros productos ya que año tras año el vino de un mismo
pago va a cambiar, va a presentar perfiles distintos, y es aquí
donde surge el concepto de añada (vintage en Oporto, millesime en
Champagne). Algunos años por lo excepcional de su climatología, en
determinadas regiones vinícolas han entrado en la mitología
enológica.
La
vendimia se realiza cuando el fruto presenta una relación adecuada
entre los azúcares y la acidez. Es el periodo de mayor trabajo en el
campo y en la bodega. Siendo fundamental que el buen tiempo acompañe
los días anteriores y durante la recolección. En la actualidad se
consideran dos factores en la recolección para vinos de calidad, de
un lado, que el transporte de la vendimia se realice en cestas
horadadas de 20 a 25 kg. Para que la uva llegue entera a la bodega y
una segunda, la vendimia nocturna, que aunque menos extendida, sí
marca una ventaja cualitativa.
En
la actualidad las grandes bodegas empiezan a mecanizar el proceso de
recolección, estas bodegas especializadas en la elaboración de
vinos de calidad suelen poseer sus propios viñedos, o bien en mayor
o menor medida controlan y supervisan todo el proceso previo a la
vinificación.
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